31.12.11

Capítulo 5: Chsss...

Llegamos a la puerta de casa de Alice y allí estaba Steveen.


-Hey, ¿Marcus?


-Sí, tío, soy Marcus.


Y se saludaron chocando sus manos.
Odiaba esa expresión, "tío", es que me reventaba. Ponían sus voces chungas y "¡eh!,¡Tío!". Lo odiaba.
Miré "mal" a Marcus, y el se dio cuenta.


-¡Vale, vale! Cielo perdón.


Me reí. Me encantaba cuando volvía a ser él. Le besé.


-Bueno, Steveen y yo, entramos. Que mi madre sabe que se queda. Vosotros subís y entráis por la ventana luego cuando la abra, ¿vale?


-Vale- contestamos los dos.


Entraron, y nos empezamos a besar. Nos sonreímos y estuvimos abrazados hasta que nos abrieron la ventana. 


-Venga, subir. Pero chsss... estar en silencio-ella tan expresiva como siempre...


-Puff.... empieza el show...-dije con tristeza.


Y se oyeron risas, arriba y abajo.
Empecé a subir mientras Marcus me sujetaba, tocándome el culo, como no... Conseguí llegar, ¡y no me caí! Unos segundos después Marcus ya estaba arriba.


-Chicos, obviamente, yo dormiré en la cama. Creo que tengo sacos suficientes para vosotros.


-A nosotros nos vale uno-dije abrazando a Marcus y le saqué la lengua.


-Vaaale... ¡Pero sin cosas guarras! ¿Prometido?


Ambos empezamos a hacer como si silbáramos.


-¡Chicos, por favor! 


-Ni que tu no pudieses...-y miré a Steveen.


Marcus se empezó a reír, le faltaba revolcarse por el suelo.


-¡Cállate!- y me miró mal.


-¡No me mates!


Nos reímos todos.
Alice salió a por los sacos y mientras Marcus y yo empezamos a tontear. Steveen se sentó y empezó a resoplar.


-Steveen, lo siento. Pero entiéndeme, llevo demasiado tiempo sin verle...


-Lo se, lo se...


En esto llego Alice y dejó los sacos en el suelo. Marcus y yo fuimos al baño de la habitación de Alice. Me empecé a cambiar para ponerme el pijama, y me quité la camiseta.


-Madre mía, ¿pero porqué no quieres hacer nada?-me asustó, pensé que él también estaba cambiándose.


-¡Marcus! Ya te lo dije... Me has asustado.. Anda cámbiate-pero sabía que ahí sería cuando yo me derretiría...


-Jaja vale, vale... como quieras-y se quitó la camiseta.


Ahí justo es cuando me quedé con cara de boba... Y me lancé a sus labios. Este beso no era como otros, estábamos ambos sin camiseta y sabía que a él le daba una oportunidad más. Me cogió en brazos y rodeé su cintura con mis piernas. Me sentó en el lavabo (era extraño, pero si pillas la postura...) y puso sus manos en mi cadera/culo, ya le veía las intenciones pero no se... no quería detenerlo. Ambos estábamos acelerados y nos besábamos como nunca cuando de repente llamaron a la puerta.


-¡Vamos chicos! Tenemos que entrar-era Alice, tan corta royos como siempre.


Nos cambiamos rápidamente y cuando él se quito los pantalones..."Madre mía, ¡pero que tiene ahí! ¿Una escopeta o algo?" pensé, no la tenía grande, no, era enorme....
Salimos, acalorados, y se nos quedaron mirando. Steveen entró al baño.

29.12.11

Capítulo 4: ¡Sorpresa!

Cogí mi bolsa y la tiré por la ventana. Luego pasé por ella y "agarrándome" a la pared fui bajando. Quedaban un par de metros más o menos cuando me agarré mal y me caí. No caí en el suelo, Alice no me podía haber cogido, además eran brazos de hombre. Me di la vuelta y se me paro el corazón, el aire no llenaba mis pulmones.


-¿Betty...?¿Estás bien?-me susurró Marcus.


Intenté relajarme y, poco a poco, el aire fue entrando a mis pulmones y el corazón me empezó a latir a mil por hora.


-Mar...Marcus. ¿Qué haces aquí?


-Me he escapado.


-Marcus, ¿cómo has hecho eso?  Te van a coger y te van a llevar más tiempo... No puedo aguantar tanto...


-No me van a pillar, mi abogado y mis padres lo saben, y lo van a arreglar para que no pase nada y no tenga que volver a ir.


No me lo creí mucho, pero estaba feliz de tenerlo aquí por fin conmigo, y ahora mismo era lo único que me importaba. Me lancé a sus labios y nos besamos como nunca. Esa sensación fue extraña, lo echaba tanto de menos que había olvidado hasta su magnífica forma de besar. 


-Bueno... ¡Sorpresa! jaja


-Tarde.. jaja Me has asustado más que sorprendido jaja.


Ahora estaba feliz, pero le tenía que contar muchas cosas, entre ellas, lo de mis padres...


-Ah, por cierto. ¿Para qué es esa bolsa? ¿Y porqué bajabas por la ventana?


No sabía que responder, no esperaba que me preguntase eso ahora. Me bajo al suelo.


-Pues.. es que... te tengo que contar muchas cosas...


-Pues cuéntamelas.


-Ahora no, no tengo tiempo. Bueno una cosa, me voy a ir de casa ahora. Voy a casa de Alice.


-Yo pensaba subir a dormir contigo...


-Espera a que venga Alice, haber que podemos hacer.


-Vale-y busco mis labios en la oscuridad.


Estuvimos un buen rato besándonos, hasta que oímos como alguien se aclaraba la garganta.


-Ejem...ejem... ¿Interrumpo mucho?


-Alice... Es Marcus...-dije.


-¿Marcus? ¿De verdad?-dijo dudando.


-Sí, aquí me tienes, de carne y hueso.


Alice corrió los pocos metros que los separaban y lo abrazó. La verdad es que en ese instante me puse un poco celosa...


-Alice, ¿puede venir a tu casa?


-Emm... bueno, otro más otro menos...


-¿A qué te refieres con eso?


-Steveen...


-A este paso... acabáis juntos...


-No digas bobadas, anda. Vamos.


Y nos pusimos en camino, Marcus me llevaba la bolsa, mientras que su otra mano estaba entrelazada con la mía. A veces, nos mirábamos y no podíamos resistirlo, nos besábamos.
Ahora mismo, era una de las chicas más felices del mundo.





26.12.11

Capítulo 3: Despedida.

Notaba el viento rozar por mi cara mientras corría. Llegue a la puerta de mi casa y me pare en seco, no sabía si entrar o que hacer, solo me imaginaba la bronca de mi madre... Al final, abrí la puerta y vi a mi madre frente a ella de brazos cruzados y gesto serio.


-¿A dónde has ido?


-¿Qué te importa? Mi vida siempre a sido algo que ignoras y que no te ha importado, ¿a que viene tanto interés ahora?


-Soy tu madre, claro que me importa.


-Te importa ahora, solo ahora. Como papá y tu os estáis divorciando quieres ser la mejor, que te adore, que deje a papá de lado y crea que es el peor padre del mundo... estás equivocada.


-¡La que estas equivocada eres tú! Yo siempre he sido así contigo y me preocupado por tus cosas.


.¡No mientas, por favor! Sabes de sobra que tengo razón. No sabes nada de mi... Y ahora no intentes cambiarlo porque no sirve de nada. Sabes que te quiero, pero como continúes comportandote así conmigo vamos a acabar mal y lo sabes.


-Hija, no quiero discutir contigo. No me hagas esto más difícil. Si se cosas de ti. Yo también te quiero, hija, ¿cómo no te voy a querer? No tenemos porque acabar mal , yo no quiero...


-¡Pues no parece que no quieras discutir! No lo parece. No vengas ahora de víctima. Mira me voy a mi cuarto, déjame en paz de una puta vez.


Subí corriendo las escaleras. Cerré la puerta detrás de mi y me senté en el suelo. Las lágrimas luchaban por salir de mis ojos, empecé a recordar a Marcus... todos los momentos con él, lo mucho que lo quería, que lo echaba de menos.. todo. Las lágrimas empezaron a caer, salían sollozos de mi cuerpo. 
El vacío que notaba en mi corazón todos los días es mayor que nunca y no lo soporto, me quiero morir.. no puedo más, solo se vivir junto a él y no podía hacer nada. 22.12.2011 el día que se fue...
Me acordé que tenía que hacer la bolsa y con lágrimas en los ojos saque mi bolsa de debajo de la cama. Abrí el armario y metí un poco de ropa, el neceser y los pocos ahorros que tenía. Ya eran las 22:50, diez minutos para desahogarme... Me limpié las lágrimas y baje las escaleras.


-Mamá, siento lo de antes pero es verdad. Bueno, te quiero.-dije como en forma de despedida en mitad de las escaleras y volví a subir.


Me tumbe en la cama aún con los ojos llorosos y un instante después oí como algo golpeaba mi ventana.



22.12.11

Capítulo 2: Desesperada.

Mientras abrazaba a Alice la notaba nerviosa, preguntándose que había sucedido. Mis lágrimas no paraban de caer por mi rostro y veía nubladamente a Steveen, mirándome extrañado.

Me separé un poco y vi a Alice con ojos llorosos.

-¿Qué ha pasado?, ¿tus padres de nuevo?

Asentí con la cabeza, ya que sabía que si intentaba pronunciar una palabra se me quebraría la voz...
Me abrazó y dijo:

-¿Qué ha pasado ésta vez?

-Que se terminó para siempre... Mi madre se quiere mudar de ciudad y me obligará a ir con ella... ¡No puedo dejarte! Eres mi mejor amiga...

-¿Qué? ¿Cómo te puede hacer esto?-y las lágrimas ya recorrían su rostro.

-No puedo hacer nada Alice... Es mi madre, tengo que obedecerla, aún no soy mayor de edad.-dije llorando.

-Algo hay que hacer... ¡fugate!

-¿Dónde Alice? ¿¡Dónde!? Mira que le sucedió a Marcus por fugarse del centro...

-Pues ven a mi casa.. algo tienes que hacer esto no puede quedar así. Además lo de Marcus es mucho más diferente.

-Mi madre sabrá que estoy en tu casa... es que no se que hacer no puedo más... Ya pero mira ahora mismo donde está, en una especie de cárcel... No puedo más lo echo de menos, no soporto no verle...-dije entre sollozos.

-Da igual.. al menos hay que intentarlo, ésta noche iré a buscarte a casa, haz la maleta y saltas por la ventana, intentaremos que mi medre no se de cuenta ya nos las arreglaremos. No le va a pasar nada, tia aguanta...

-Vale pero por favor que tu madre no se entere que se lo dice a la mía... Es que le quiero, no se porque.. pero es así y no puedo evitarlo...

-Lose Betty, pero que quieres, no puedes coger y presentarte allí por las buenas, además no tienes ni como ir, ni como entrar ni nada... no hagas gilipolleces... ya suficiente que él está allí.

-Pero lo hecho de menos ya no aguanto... tengo que hacer algo para verle...

En ese momento noté vibrar mi móvil en mi bolsillo izquierdo... Mi madre.

-¿Sí? "Ven a casa ahora mismo, pero ¿quién te crees que eres para salir de casa sin permiso?"

-¡Que ya voy, joder, déjame en paz!-y colgué.-Me voy chicos, adiós-y le dí dos besos a cada uno.

Estaba corriendo en dirección a mi casa cuando oí gritar a Alice: "¡No hagas nada! ¡Y recuerda, esta noche a las... 23.00!"

9.12.11

Capítulo 1.

(Editado)

- ¡Estoy harto! Esto no tiene ninguna solución, siempre pasa lo mismo, ¡siempre tienes que llevar la razón y tener la última palabra! No puedo más - dijo mi padre elevando la voz.

- Pues entonces vete, no sé que estás haciendo todavía aquí. ¡Ahí tienes la puerta! - dijo implacable mi madre.

- Si no lo he hecho aún, no es por que no quiera. Tenemos una hija y, eso, es lo que más me importa. - hubo un silencio - Pero, ¿sabes qué? Creo que mi hija es lo suficiente madura como para saber que siempre la voy a querer y será capaz entender esto.

Entonces, oí un fuerte portazo, por lo que supe que mi padre se había ido. 




Vivíamos en una pequeña ciudad de Arizona, Washington, llamada Payson. Nuestra casa era un pequeño dúplex de dos pisos, con las cosas básicas; cocina, salón, baño y dos habitaciones.

Yo, soy Betty, una chica en plena adolescencia con 16 años. Podría definir como soy, pero prefiero que lo vayáis descubriendo, por ahora solo diré que soy muy tímida, excepto con mis amigos.

En el momento de la discusión, me encontraba llorando apoyada en la puerta de mi cuarto, intentando controlar la rabia que sentía por que mi madre tratase de esa forma a la mejor persona que jamás había conocido nunca. Cuando oí el portazo decidí bajar, no podía evitarlo más.

Al llegar al piso de abajo, mi madre me vio llorando, y no se le ocurrió una mejor idea que decirme que nos íbamos de esa ciudad, ella se divorciaría de mi padre y nos mudaríamos muy lejos para no tener que volverlo a ver. Yo no me quería ir, no quería dejar atrás a mi padre. Sabía que discutir con mi madre no iba a solucionar nada, y menos en ese momento, así que cogí mi abrigo y salí de casa sin decir ni una sola palabra.

Inconscientemente, acabé en la puerta de la casa de mi mejor amiga, ¿qué otra cosa iba a hacer? Llamé, pero fue su madre quien me abrió la puerta.

- Hola hija, ¿que querías?

- Hola, señora Moore. ¿Esta Alice en casa? Necesito hablar con ella.

- Lo siento, no está. Creo que fue con Steeven al parque donde quedáis.

- Gracias, señora Moore - dije aún con lágrimas en los ojos. En ese momento la señora Moore me agarró del brazo cariñosamente.

- Cielo, ¿qué te ocurre? - dijo haciendo notar su preocupación.

- Nada, no importa... Muchas gracias igualmente. Hasta otro día.

Me encaminé hacia el parque mientras intentaba controlar las lágrimas que no paraban de brotar de mis ojos. Efectivamente, allí estaban mis amigos. Sin si quiera pensarlo, salí corriendo y abracé a Alice.