28.4.12

Capítulo 10: Todo terminó.

Había pasado una semana desde que no veía a Marcus, le echaba de menos. Alice hacía hoy una fiesta en su casa y él quizás viniese. Decidí llamarlo.


-Hola cielo-dije casi con miedo cuando me contestó.


-Hola


-¿Qué tal?


-Bien.


-Oye...¿al final vienes a la fiesta de Alice?


-No, no me dejan mis padres ir-¿desde cuando le importaba lo que le decían sus padres? En fin...


-Vale.. bueno, adiós. Te quiero.


-Besos, chao.


Ni un te quiero, ni cielo, ni pequeña, ni mi niña.... era demasiado extraño en él. Me derrumbé y me puse a llorar... varios de mis amigos que estaban delante me preguntaron, pero ya se lo imaginaban.


Llegó la hora de la fiesta Alice y fui caminando demasiado lento la verdad, sin ganas. Llegué y llamé, abrió Alice y me dio un abrazo.


-¿No ha venido?-me susurró.


-No, y está muy raro conmigo-y me calló una lágrima en ese instante.

-No llores, ahora a pasártelo bien.

Le intente sonreír pero yo creo que me salió una mueca muy fea. Entré y me senté en el sofá. A lo largo de la fiesta tuve que soportar a borrachos, empalagosos, pesados, tíos que no paraban de lanzarse a todas las chicas, guapas, feas, gordas, delgadas... en fin.

Decidí irme a casa cuando el último que se me acercó intentó meterme mano. Me acerqué a Alice y le di dos besos.

-Me voy estoy harta de todos lo tíos que hay por aquí, ¿pero tú a quien invitas, tía?

-Son amigos y amigos de amigos... se ha corrido la voz tía...

-No, correrse se están corriendo los que se hayan metido en las habitaciones....

-¿QUÉ?

-No sé, bueno que me voy, bye.

Y me fui hacia mi casa. Llegué y me conecte al tuenti. Decidí enviarle un mensaje a Marcus preguntándole que le pasaba, no estaba conectado así que me fui a dormir, bueno, a llorar.

Cuando me desperté no lo había olvidado y no puede evitar volver a llorar. Cuando me tranquilicé miré el tuenti y un mensaje suyo. Todo terminó, me dejó fuese lo que fuese lo que tuviésemos... no pude evitar romper a llorar otra vez... Así durante varias semanas...

Capítulo 9: La última vez.

Tras broncas y más broncas con mi madre parece que llegamos a un pacto, no nos mudaríamos de ciudad pero yo no me escaparía de casa y haría lo que ella me mandase. No estaba de acuerdo, pero era lo único que podía hacer para poder quedarme aquí, era el lugar más cercano de Marcus donde me podía quedar y no quería estar más lejos de él.

Llevaba varios días rara, no tenía ganas de comer ni de nada, solo sentía algo en mi estómago. Llamarlo nervios pero para mi era algo más que eso. Esa misma tarde iba a ir a la ciudad de Marcus, y sí, había una cierta posibilidad de que cuando volviese a Payson mi virginidad no volviese conmigo.

Terminé de comer y fui al baño, me re-planché el pelo mil veces, me pinté los ojos perfectamente y, más cuidadosamente que nunca, me lavé los dientes. Bajé al piso de abajo y me despedí de mi madre, ojalá no pasase nada esa tarde y tuviese que volver... solo tardaría una hora o más.

Me dirigí a la estación de autobuses y para no variar, llegaba tarde. Llegué justo corriendo y compré billete. Bajé las escaleras lo más rápido que pude y salí disparada hacia el autobús. Subí y genial, el mejor conductor del mundo... típico hombre mayor (digamos mayor por no faltar al respeto) borde que te mira con asco. Me miró de arriba a abajo con cara de donde va esta muchacha, "perdona, que tenga personalidad y vista como me gusta no significa que me tengas que mirar así" estuve apunto de soltárselo pero preferí dejarlo correr, ya estaba demasiado nerviosa como para encima liarla. Me senté en la cuarta fila del lado de la ventanilla y solo por joder me puse los cascos a tope con Marilyn Manson, que realmente los míos se oyen más hacia fuera que hacia dentro. Pude notar las miradas de todos los pasajeros y el conductor clavados en mi, pero los ignoré y me absorbí en la música todo el camino.

Cuando llegué lo primero que hice fue llamar a Marcus, no me lo cogió, mis nervios aumentaron.  Esperé 5 minutos y volví a llamarle, me lo cogió. Me dijo que tardaría que posiblemente discutiría con sus padres. Me dí cuenta de que sería larga la espera, salí de la estación, me senté en un banco y empecé a fumar un cigarro. Pasó un cuarto de hora, lo volví a llamar, nada.
A la media hora le vi por una calle llena de gente, pero para mí solo existía él. Corrí a abrazarle y le besé. Nuestros dedos se entrelazaron casi automáticamente.

-¿Me acompañas a decirle una cosa a un amigo y vamos a mi casa? Ya discutí con mis padres, ya no están en casa, perfecto-él lo dice todo tan "optimista" siempre... aunque vallan las cosas mal, es genial.

-Claro-y sonreí, nunca podía evitar esas sonrisa de boba cuando estaba con él.

Quedó con su colega para la noche y fuimos a su casa.

-Vives alejado de la civilización, más lejos no podías, ¿eh?-bromeé.

-Boba-y me besó acariciándome el pelo.

Cuando subimos a su casa, después de dar una vuelta por el garaje, para ver si estaban o no sus padres, me senté en la cama. estaba más nerviosa de lo que creía, aunque en el fondo de mí sabía que no iba a pasar nada pero siempre había algo que podía hacerlo cambiar. Estuvimos un rato en el ordenador con el tuenti y volvimos a su habitación. Nos empezamos a besar, él empezó a darme mordisquitos por el cuello y la oreja, sabía de sobra que me ponía, y lo hacía adrede. Escuchamos un ruido fuera, sus padres.

-¿Dónde me meto, dónde me meto?

-Mejor no te escondas que si no es peor-tan tranquilo como siempre.

Me senté en la cama. Pude oír como abrían la puerta.

-Hola mamá.

-¡Qué susto hijo! ¿Qué haces en casa?

-Nada...[...]-le contó una historia y tan feliz de la vida, eso sí su madre me quiso conocer... casi me muero de la vergüenza.

Ya me tenía que ir a si que fuimos a la estación y nos despedimos, fue una despedida normal como siempre. Mientras esperaba en la cola para subir me abrazó por detrás y me susurró "aún queda tiempo" y nos besamos. Lo último que salió de sus labios fue "te quiero" y de los míos lo mismo.

Ahí, aún no sabía que ese sería el último día que lo vería en bastante tiempo...

22.4.12

Capítulo 8: Despedida.

Cuando me desperté Marcus seguía a mi lado, dormido. Le desperté con un leve zarandeo, eran ya las 2.30 de la tarde, la madre de Alice no tardaría en llegar.

-¡Marcus! Pronto vendrá la madre de Alice, ¡rápido!-salí disparada hacia la habitación de Alice dejando a Marcus medio dormido en el sofá.

Llamé a la puerta y abrí. También estaban dormidos, decidí no levantar las sabanas para no ver cosas indeseadas:

-¡Chicos arriba! Alice son las dos y media-se levantó como si le hubiesen echado un vaso de agua por la cabeza, menos mal, tenían la ropa interior puesta.

-¡Voy, voy, voy! ¡Steveen arriba!-y le atizó con la almohada en toda la cara.

-Ya voy, ya voy-medio dormido.

-Alice vestiros yo voy a ver si consigo espabilar a Marcus-y volví a bajar.

Al menos ya se estaba poniendo las botas, ¡hurra! Me acerqué y le di un beso en la mejilla, le salió esa media sonrisa con un hoyuelo... me encanta. Bajaron Alice y Steveen.

-¡Corred, vamos!-gritó Alice mientras salía con Steveen de la mano.

Entrelacé mis dedos con los de Marcus y lo arrastré hasta la puerta. En el parque, ya a salvo, empezó a sonar mi movil. Que extraño... no conocía el número.

-¿Si?"Hola, soy el padre de Mario. Si está por ahí dile que...."Espere que se lo paso-mientras le daba el móvil le susurré-es tu padre...

-Buenas "..." Si, lo sé pero he perdido el bús... "..." Sí, cogeré el siguiente que haya... "..." Adiós

-¿Qué pasa? ¿Están muy enfadados?

-Bastante... Me tengo que ir en el próximo bus

-Vamos que sale dentro de media hora y se tarda desde aquí. ¡Bye chicos!

Nos fuimos hacia la estación agarrados por la cintura. Cuando llegamos faltaban 5 min para que saliese el bus, compró el billete y me despedí de él.

Volví a mi casa...

13.4.12

Capítulo 7: Sueños.

Me había vuelto a dormir, mierda. Me incorporé un poco, aún sentada, y no había nadie en la habitación. No se porque pensaba que Marcus se había ido para siempre, o que simplemente había soñado que volvía.
Miré el reloj, las 21.30, ¿Pero que..? Me sentía desorientada, ¿donde estaba? Todo estaba muy oscuro y estaba en el suelo. A los pocos segundos oí como alguien se acercaba a la puerta, me entró miedo y me acosté.
Eran pasos firmes, oí la puerta al abrirse y me empezó a palpitar más rápido el corazón. Fuese quién fuese, dejó algo en la mesilla, me tocó la espalda y me gire, ¡era Marcus!, no había sido un sueño. Le abracé todo lo fuerte que pude y le di un beso.

-Buenos días- me dijo con una sonrisa.

-Lo mismo te digo- y le sonreí. Me encantaba su sonrisa, él en general.

Alcanzó una pequeña bandeja de la mesilla, lo que debía de haber dejado antes. Era mi desayuno y una rosa.

-Para ti- y me volvió a sonreír.

-Ohh.. Mi niño, no hacía falta.. ¡Te quiero tanto!-cogí la rosa, olía de maravilla. Le besé.

Me levanté y bajamos al piso de abajo después de cambiarme. Alice y Steveen liándose.

-Ejem..ejem...¿Qué no queríais que? jajaja-dije.

Me miraron con odio, pero se rieron.

-Por cierto, Alice, ¿y tu madre?

-Se fue a trabajar hace un rato.

-¿Y mi reloj?

-Lo cambiamos, estábamos bromeando.

-Pues me he asustado que pensé que todo esto solo lo había soñado... o que Marcus se había ido...

-¿Cómo puedes pensar eso? Yo nunca te dejaré y menos sin despedirme-se entrometió Marcus. Y me besó, cuando terminamos Alice y Steveen ya estaban otra vez.

Marcus y yo nos sentamos en la mesa y nos pusimos a desayunar. Cuando terminamos lo recogimos todo para que la madre de Alice no se enterase. Marcus y yo decidimos irnos a dar una vuelta.

-Bueno chicos, nos vamos a dar una vuelta pasároslo bien-dijimos. Y nos fuimos.

Se me ocurrió llevarlo al lugar donde nos besamos por primera vez y cuando se dió cuenta de a donde lo llevaba empezó a sonreír.

-¿Qué te pasa?

-Que se donde me llevas y me encanta-me cogió en medio de la calle y nos empezamos a besar, pude notar como la gente se nos quedaba mirando y me encantaba pero poco a poco fui ignorando lo de mi alrededor y solo existía él. Se separo y sonreí, no lo pudo evitar y me volvió a besar. 
Llegamos y nos sentamos igual a aquel día, nos miramos sonriendo y nos besamos. Era tan hermoso...
Volvimos a casa de Alice, llamamos. Tardaron en abrir y cuando nos abrió Alice estaba en ropa interior.
-Emmm...Nosotros nos sentamos aquí abajo y vosotros seguir, ¿vale?

-Me parece perfecto, muchas gracias.-Y me besa en la mejilla.

Nos acomodamos en el sofá y nos quedamos dormidos.